La Transformadora Experiencia de la Certificación en Permacultura en Rancho Mastatal

La Transformadora Experiencia de la Certificación en Permacultura en Rancho Mastatal

Escrita por una estudiante

La Certificación en Diseño de Permacultura realizada en Rancho Mastatal (PDC en Español) no es solo el resultado de un programa de 88 horas de clases técnico-prácticas, ¡es mucho más que eso! Es el resultado de 14 días sumergidos en una experiencia 100% inmersiva de permacultura, donde cada participante tendrá que abrirse a poner en pausa todas sus rutinas habituales y aceptar los principios de permacultura implementados por Rancho Mastatal.

Conexión con la Cultura Local

Fuimos 18 participantes, de los cuales la mayoría eran locales y solo 3 viajamos desde otros países para vivir la experiencia. Pude haberlo hecho en inglés y haber conocido a muchas personas de distintas partes del mundo, pero al ser en español, esta experiencia me permitió conectar con la cultura de Costa Rica desde múltiples esferas. Como tenemos un clima similar en República Dominicana, solo al ingresar al proyecto pude ver claramente oportunidades de mejora, ya que tenemos un montón de especies parecidas.

Desconexión y Crecimiento Personal

Para quienes venimos de la vida caótica de la ciudad, esta experiencia se asemeja a un retiro espiritual, no porque el Rancho promueva nuevas creencias, sino porque invita a desconectarnos de lo habitual: sin internet, sin señal telefónica y con horarios de comida muy especiales.

Las simples normas, como quitarse siempre los zapatos al entrar a las instalaciones y que cada quien debe fregar sus platos, nos hacen entender desde el principio que una sana convivencia puede lograrse cuando, a pesar de tantas libertades, se dejan claras las reglas. Y, ante cualquier duda, solo basta con releer los principios de la permacultura para encontrar nuestras propias respuestas dentro de este esquema.

Particularmente, me resultó un choque tener que usar baños secos, ya que solo había conocido el método de las “letrinas” y los juzgaba como poco funcionales y poco higiénicos. Sin embargo, el vivir la experiencia y entender en clase cómo hacerlos y qué métodos implementar me hizo no solo replantearme por qué no tengo uno en mi proyecto, sino… cómo fui capaz de juzgar previamente este sistema. Y así pasaron cientos de cosas por mi mente en esos días.

Al principio, la desconexión me causó ansiedad. Cada vez que pensaba en conectarme a internet, sentía un nudo en el estómago por no tener el control de lo habitual ante las responsabilidades que dejamos en casa.

Solidaridad y Respeto en la Comunidad

Rancho Mastatal es un claro ejemplo de cómo la solidaridad y el respeto pueden hacer crecer una comunidad. Qué orgullo conocer de cerca cómo Tim y Robin podrían ganar más dinero añadiendo servicios como internet o el lavado de ropa; sin embargo, el proyecto ha optado por apoyar a una vecina que se sostiene económicamente en gran parte gracias a que todos los que llegamos al Rancho necesitamos pagarle por sus servicios. Y no solo a ella: están el bar de enfrente, el Proyecto de Marlon, el Proyecto de La Iguana Chocolate y muchos más que dan fe de que este proyecto no es una fachada, ¡es REAL!

Reflexión sobre lo Esencial en Nuestras Vidas

Es casi imposible estar dentro de esta experiencia y no preguntarnos qué es realmente esencial en nuestras vidas, frente a todas las cosas que hemos permitido normalizar sin pensar en el gran impacto negativo que le hacemos a nuestra amada naturaleza y a nuestro propio entorno social.

Una de las revelaciones más importantes que tuve fue con una de las meriendas. Una tarde, moría de hambre y aparentemente se habían olvidado de colocar la merienda, y todos asumieron que simplemente no habría nada. Mi intensidad me llevó a preguntar si es que no había, y fue entonces cuando, con mucho amor, nos sirvieron una bandeja hermosa con unos trozos de fruta perfectos. Cuando me dijeron que era guanábana, me fricé y, de forma automática, pensé: “No me gusta la guanábana”… Sin embargo, sentí el compromiso de probarla. Fue entonces cuando me detuve a cuestionarme: “¿En qué momento decidí que no me gustaba?”. Mi niña interior me respondió, recordando que en casa había una planta de guanábana cuya fruta era blanda y babosa, muy diferente a lo que tenía frente a mí en ese momento, que era una fruta con una estructura completamente distinta a la que describía mi recuerdo. Y fue cuando me dije: “¡Dios mío! ¿A cuántas cosas me he negado por prejuicios arrastrados durante años?”. ¡Amé la guanábana! Y a partir de ese momento, activé mi radar para hacer las paces con un montón de cosas que he rechazado, diciendo “no” cuando quizás la respuesta debería haber sido “sí.”

Prácticas Significativas en la Comunidad

Durante el curso, realizamos dos prácticas muy significativas que nos permitieron dejar nuestra huella en la comunidad. La primera consistió en trabajar en la finca de Marlon, un miembro de la comunidad, donde, entre todos, creamos una zanja que él realmente necesitaba. En este ejercicio, aplicamos todo lo que habíamos aprendido en el aula, poniendo en práctica los principios de permacultura en un contexto real. La segunda fue nuestro proyecto final, donde tuvimos la oportunidad de aportar con todo nuestro conocimiento a una pareja que recién comenzaba a dar forma a su proyecto en Mastatal y que aún no tenía claro su rumbo. Le pusimos el alma a nuestras propuestas, esforzándonos al máximo para ayudarles a definir el diseño de su proyecto y aportar claridad en su camino. Nos movía la emoción de dejar una huella positiva en esta hermosa comunidad, y cada tarea fue un paso más en ese proceso de aprendizaje y contribución.

Reflexiones Finales y Conclusión

Mi proyecto es La Finca de los Recuerdos en República Dominicana. Llegué a este curso sin entender bien lo que significaba la permacultura, pero con la clara certeza de que me llevaría mucho aprendizaje para mejorar las prácticas agroforestales en mi proyecto. Sin embargo, terminé el curso con el alma en paz, repleta de gratitud, nuevos sueños y un montón de nuevos amigos.

Estar en esta experiencia me puso en contacto con venas sensibles. Me hizo abrazar a mis padres por todo lo que hicieron en mi niñez para mantener lo que hoy es la finca de los recuerdos. En el alma le pedí perdón a mi niña interior. Ella siempre andaba descalza, sin preocupación por la ropa ni por peinarse, y fue la Maia adolescente la que la forzó a cambiar sus patrones nativos, dejar de pelear por defenderlos y la que la domesticó solo para poder sobrevivir en los estándares sociales que entendía como correctos. Entré a Rancho Mastatal un poco escéptica por tener que andar descalza, y fue en ese momento cuando comencé a cuestionarme esos patrones tan marcados que había asumido en mi vida, los cuales me habían separado de lo natural. Hoy entiendo el porqué de tantas decisiones que tomó mi padre en la finca y que por situaciones ajenas a su voluntad no me pudo transmitir. Rancho Mastatal fue para mí ese canal para poder conectar con todo lo que mi padre no pudo contarme sobre cada una de sus decisiones en nuestras 5 hectáreas.

La Certificación en Permacultura en Rancho Mastatal no solo te brinda conocimiento técnico, sino que transforma tu visión de la vida y la naturaleza. Me asombró ver cómo, a pesar de tanta carga de clases y el agotamiento, ¡nunca quisimos perdernos ni un minuto de cada una! Esto demuestra que el formato de las clases definitivamente funciona. Si buscas una experiencia que conecte lo intelectual con lo emocional, te invito a unirte a esta extraordinaria aventura. ¡No dejes pasar la oportunidad de sumergirte en una experiencia única que cambiará tu vida!